jueves, 6 de noviembre de 2008

Hojas de Otoño

Caen con suavidad, sin ruido, sin molestar, cubren caminos y bosques,dando al paisaje un toque de belleza, caminas por encima de ellas con cuidado, casi con respeto, pues no en vano fueron en su dia el alivio de muchos caminantes.

Llegado su momento se despiden de su creador y con un suave balanceo caen formando un manto crujiente.
No hay tristeza, saben que han llegado al final de su ciclo, pasado un corto periodo la nueva savia volverá a dar sombra y cobijo a muchos seres vivos.
Hoja que mueres en otoño y naces en primavera, ¡nunca te mueres del todo!

3 comentarios:

monikita nipone dijo...

Abril venía, lleno
todo de flores amarillas:
amarillo el arroyo,
amarillo el vallado, la colina,
el cementerio de los niños,
el huerto aquel, donde el amor vivía.

El sol ungía de amarillo el mundo,
con sus luces caídas;
¡ay, por los lirios áureos,
el agua de oro, tibia;
las amarillas mariposas
sobre las rosas amarillas!

Guirnaldas amarillas escalaban
los árboles; ¡el día
era una gracia perfumada de oro,
en un dorado despertar de vida!
Entre los huesos de los muertos
abría Dios sus manos amarillas.

Juan Ramón Jimenez, Primavera Amarilla

monikita nipone dijo...

A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Antonio Machado

monikita nipone dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=vp1HVg_J7QA